MARIA JOSE ARDANAZ
ESTUDIO DE ARTE





MARIA JOSE ARDANAZ ESTUDIO DE ARTE
Si vienes al sur (Guión para videoclip)
Tema.- Si vienes al Sur
Autor.- Arturo Pareja-Obregón
Intérprete.- Arturo Pareja Obregón
Duración.- 4,30’
Si vienes al Sur
yo te cantaré
una canción de Amor
en Primavera
Quisiera recordar ese pasado,
sentir de nuevo y ser amado
sentir de nuevo tu calor.
Quisiera recordar los años que te amé,
los días que pasamos en la soledad
Recuerdos que se fueron y no volverán
Sin ti la vida es sólo una condena
Si vienes al Sur
Yo te cantaré
Una canción de Amor
En Primavera
Quisiera recordar ese pasado,
Sentir de nuevo y ser amado,
sentir de nuevo tu calor.
La Nieve blanca es novia del cielo azul
la sangre por mis venas lleva fuego
La vida no se acaba a mi alrededor
Y siempre estoy flotando en el deseo
Si vienes al Sur
Yo te cantaré
Una canción de Amor
En Primavera.
Voy tirando bien tan sólo necesito de tu cuerpo
Tienes que salir tu vida está metida en un infierno
La escena se ubica en una calle de una ciudad, está anocheciendo, el tramo de calle que se divisa parte la pantalla en diagonal, situándose el primer plano a la izquierda de la pantalla y en una perspectiva descendente y un poco forzada se pierde por el fondo ligeramente a la derecha.
La calle está desierta, edificios altos, algunas ventanas iluminadas con una luz azulada muy tenue, una farola apagada se alza en la acera un poco alejada del segundo portal. Al fondo de la calle el escaso cielo que se divisa, estrangulado entre los altos edificios, va cambiando de un tono cobalto muy oscuro en el cenit a un púrpura con trazos de nubes grises de panza rosada en el horizonte. Debemos conseguir un clima vagamente opresivo e irreal. La cámara filma frontalmente desde un punto de vista medio.
Solo de piano (34 segundos)
Cinco segundos después de aparecer la imagen comienza la música. El tema se inicia con un solo de piano que dura 34 segundos. Durante ese tiempo trascurre la siguiente escena.
Se abre la puerta del segundo portal y sale una muchacha sencilla, su pelo negro y liso cae sobre los hombros, un ligero vestido blanco, sin adornos, ciñe un cuerpo esbelto y bien formado, sus pies calzan unos zapatos negros desprovistos de tacón. Se acerca a la farola y con ademán indolente se recuesta en ella, la cabeza baja y las manos sobre los muslos, mostrando al objetivo su perfil izquierdo. En el preciso momento que su espalda toca la farola ésta se enciende y la escena se ilumina de una manera progresiva. El amarillo claro que emana la bombilla va esparciéndose en halos concéntricos y virando su tono hacia el naranja y después el magenta y este al garanza y así sucesivamente al violeta, al azul, al verde vejiga hasta perderse fuera del plano a la vez que la cámara se acerca a la mujer que en un último momento se vuelve y nos deja ver un rostro pálido, bello, de densas cejas negras, ojos profundos y labios rojos como la grana.
El objetivo retrocede ligeramente y empieza a alejarse de la muchacha girando en espiral alrededor de la farola, agrandando el plano progresivamente y cambiando el color de la escena a medida que va atravesando las diferentes luces hasta situarse en el punto inicial.
Un segundo antes de que empiece a sonar la voz, la cámara se dispara hacia delante atraviesa las luces de forma vertiginosa y choca en la frente de la chica metiéndose en su pensamiento.
Estribillo (26 segundos)
Si vienes al Sur yo te cantaré
Una canción de amo en primavera
Tenemos 26 segundos para volar por un cielo azul y dorado y desde allí, a vista de pájaro, mostrar imágenes de mar, olivos, azoteas, arena, cimas coronadas por la nieve, olas, sol, pueblos, más mar, más sol… pero huyendo de todo tópico. El efecto final ha de ser totalmente desordenado, caleidoscópico, atrayentes imágenes que desaparecen antes de que podamos asimilarlas. Unos segundos antes de que empiece la primera estrofa la cámara desciende en picado y se abre el plano sobre una playa desierta, luce un sol empalidecido por la bruma y el mar oscuro se agita entre espumas doradas. A lo lejos, un hombre se acerca.
Primera estrofa (20 segundos)
Quisiera recordar ese pasado,
sentir de nuevo y ser amado
sentir de nuevo su calor.
El hombre, calzado con unos viejos botos camperos, vestido con un raído pantalón tejano, pelliza de cuero marrón muy desgastada que, a medio abrochar, deja ver una camisa clara, camina hacia la cámara dejando el mar a su izquierda. Su rostro moreno de ojos oscuros contrasta con el pelo ligeramente pajizo. Su expresión es pensativa y algo atormentada.
La cámara enfoca de frente desde un punto de vista medio que, poco a poco se va elevando y acercando a la figura, la sobrevuela y baja situándose a su espalda.
Música (26 segundos)
Suena nuevamente la música, ahora el piano está acompañado por la orquesta. Un perro pastor alemán entra en la escena por el lado derecho de la figura, se acerca a su amo y salta a su alrededor. El hombre se detiene y lo mira…
Estribillo (26 segundos)
…se agacha y le sujeta por el lomo con el brazo izquierdo mientras le acaricia la cabeza con la mano derecha, coge una piedra de la arena y la lanza a lo lejos, el perro sale veloz detrás de la piedra.
El objetivo que al llegar el perro se ha situado a la izquierda del hombre, filma la escena del abrazo teniendo como fondo el mar y se va detrás del perro.
Segunda estrofa (21 segundos)
Quisiera recordar los años que te amé,
los días que pasamos en la soledad
Recuerdos que se fueron y no volverán
Sin ti la vida es sólo una condena.
La cámara se olvida del perro, se adentra en el mar y, a ras de las olas, regresa a los zapatos del hombre, sube por sus pantalones, por su pelliza y se centra en el rostro: la boca contraída en una mueca dolorosa y los ojos brillantes pero sin dejar caer las lágrimas. Se abre el plano lo suficiente para que entre el perro en escena, se acerca a su dueño y restriega la cabeza contra la mano buscando la caricia.
Estribillo (22 segundos)
Se repiten las imágenes vertiginosas del primer estribillo y unos segundos antes de comenzar la tercera estrofa la cámara cae en picado sobre las azoteas de Cádiz, desde una de ellas, acodado en el encalado muro, el hombre contempla la ciudad.
Tercera estrofa (20 segundos)
Quisiera recordar ese pasado,
sentir de nuevo y ser amado
sentir de nuevo su calor.
La cámara vuela sobre Cádiz, se cuela por las calles del viejo barrio del Pópulo, baja a la Caleta desierta y fría, recorre los paseos del parque hasta llegar a una apartada glorieta congelando la imagen sobre un banco solitario. Estas imágenes han de ser grises, nostálgicas, tienen que mostrar el vacío que ha dejado la mujer.
Cuarta estrofa (21 segundos)
La Nieve blanca es novia del cielo azul
la sangre por mis venas lleva fuego
La vida no se acaba a mi alrededor
Y siempre estoy flotando en el deseo
La cámara regresa a la azotea en la que el hombre sigue acodado, se sitúa a su espalda dejando ver su perfil y una terraza próxima en la que una mucha tiende unas sábanas blancas que el viento hace ondear. El objetivo nos muestras un acusado contraluz en el que el cuerpo de la mujer se divisa a través de la ligera transparencia de las sábanas que tapan la figura dejando ver únicamente unos profundos ojos oscuros enmarcados por pobladas cejas negras al igual que su pelo.
El hombre se estremece, cierra los ojos y cuando los abre la muchacha ha desaparecido.
Estribillo (21 segundos)
Vuelven las imágenes caleidoscópicas, esta vez empiezan por el final hasta ir acercándonos a la primera escena.
Coda ( 38 segundos)
Voy tirando bien tan sólo necesito de tu cuerpo
Tienes que salir tu vida está metida en un infierno
La primera escena se mantiene igual que como la habíamos dejado, la cámara filma desde lo alto, va bajando despacio hasta la cara de la muchacha, sus ojos brillantes se cierran y una lágrima se desprende. Mientras retrocede el objetivo hasta situarse en el punto inicial atravesando las diferentes luces ya descritas, la muchacha se separa lentamente de la farola y despacio entra en el portal al mismo tiempo que la luz se apaga. La escena queda iluminada únicamente por una leve fosforescencia azulada que procede del horizonte, a medida que la música se apaga la claridad se desvanece.
María José Ardanaz
Las Arenas, 11 de Octubre del 2004